Catarata se refiere a la opacidad del cristalino del ojo, cariando desde opacidad completa a parcial. Debido a que la opacidad del cristalino (ubicado directamente detrás del iris) evita que la luz pase a la retina, una catarata puede causar la perdida de visión.
La mayoría de los casos de cataratas son hereditarios, por ejemplo el Poodle Miniatura, Cocker Spaniel Americano, Schnauzer Miniatura, Golden Retriever, Boston Terrier y Husky Siberiano son todos predispuestos a cataratas.
Los síntomas usualmente se relacionan al grado de alteración visual. Los perros con menos del 30% de opacidad del cristalino, por ejemplo, muestran pocos o ningún síntoma, mientras que los que tienen más de un 60% de opacidad del cristalino pueden sufrir de pérdida de visión o tener dificultades para ver en áreas oscuras.
Mientras tanto, si su perro tiene cataratas relacionadas a la diabetes mellitus, usted puede observar también un aumento de la sed, aumento de la frecuencia de orinar, y perdida de peso de su perro, junto con los síntomas de alteración de la visión.
Aunque la mayoría de los casos de cataratas son hereditarios, las siguientes son otras causas y factores de riesgo asociados con la condición:
- Diabetes mellitus
- Vejez
- Shock eléctrico
- Inflamación de la úvea ocular (uveítis)
- Niveles anormales de calcio en la sangre (hipocalcemia)
- Exposición a radiación o sustancias tóxicas (ej. Dinitrofenol, naftaleno)
Si usted observa una opacidad en uno o ambos ojos de su perro, debe llevarlo inmediatamente al veterinario. Ahí, un veterinario le pedirá un historial detallado de la salud de su perro, incluyendo el inicio y la naturaleza de los síntomas, y posibles incidentes que hayan precipitado el problema. Luego, él o ella realizarán un examen físico completo, concentrándose en los ojos y la región ocular, para determinar la severidad del problema.
Los exámenes de diagnostico de rutina incluyen: hemograma completo, perfil bioquímico y urianálisis. Sin embargo los resultados de estos tests usualmente no son específicos a menos que haya otras enfermedades concurrentes y sean la raíz del problema como diabetes mellitus o hipocalcemia. Otras herramientas avanzadas de diagnósticos son los ultrasonidos y la electroretinografía (la cual mide la respuesta eléctrica de las células presentes en la retina), estos exámenes ayudarán a determinar la severidad del problema y pueden confirmar si se necesita una cirugía para corregir la catarata.
Si se recomienda la cirugía por su veterinario, no se demore. La catarata es un desorden progresivo que, si no se trata rápidamente, puede llevar a ceguera en uno o ambos ojos. Este es el caso específico de las cataratas por diabetes mellitus, ya que progresan muy rápidamente en perros. La cirugía, sin embargo, a menudo no es recomendada para perros con formas no hereditarias de cataratas.
Una técnica quirúrgica moderna, la facoemulsificación, involucra la emulsificación del cristalino usando una herramienta ultrasónica. Una vez que el lente es emulsificado y aspirado, los fluidos aspirados son reemplazados por una solución salina balanceada. Además, para prevenir la hipermetropía extrema, puede implantarse un lente intraocular durante la cirugía. La facoemulsificación ha mostrado más de un 90% de éxito en perros.
La velocidad de progresión de esta enfermedad depende de la causa subyacente de la catarata, la ubicación de la catarata y la edad del animal. Si su perro ha sido sometido a una cirugía para tratar la catarata, puede requerir algún tiempo para recuperarse en el hospital. Una vez en casa, su veterinario le dará preparaciones oftálmicas para usar en los ojos de su perro por varias semanas.