Entropión es una enfermedad genética en la cual una porción del parpado esta invertida o doblada hacia adentro. Esto puede causar que la pestaña o el pelo irriten y/o arañen la superficie del ojo, provocando úlceras o perforaciones en la cornea. También puede causar cicatrices oscuras que se forman a partir de la herida (queratitis pigmentaria). Estas cicatrices pueden causar disminución o pérdida de visión.
Entropión es bastante común en perros y es visto en una gran variedad de razas, incluyendo razas de nariz corta, gigantes y deportivas. El entropión es casi siempre diagnosticado cuando el perro es un cachorro de alrededor de un año de edad. La enfermedad descrita en este artículo puede afectar a perros y a gatos, pero aquí se describe enfocada principalmente en los perros.
En los perros de razas toy y braquicéfalas, es común observar inflamación (queratitis) y exceso de lágrimas (epífora). Sin embargo, en razas gigantes, es más común ver mucus o descargas de pus en las esquinas exteriores de los ojos. En otras razas de perros, usualmente se observan tics oculares, descargas de pus, inflamación ocular e incluso la ruptura de la cornea.
La causa genética primaria de entropión es la forma de la cara. En las razas de perros de nariz corta y braquicéfalas, hay más tensión en los ligamentos internos del ojo que lo normal. Esto, junto con la conformación (forma) de la nariz y de la cara, puede llevar a que ambos párpados, superior e inferior, se enrollen hacia adentro del globo ocular. Las razas gigantes tienen el problema opuesto, ya que tienen la tendencia de tener exceso de relajación en los ligamentos de alrededor de las esquinas exteriores de sus ojos. Esto permite que los bordes eternos de los parpados se plieguen hacia adentro.
Repetidas infecciones oculares (conjuntivitis) pueden causar entropión espástico, que puede llevar a entropión funcional. Este también puede ser causado por otros tipos de irritantes oculares y es generalmente el caso de las razas que normalmente no presentan entropión. Por último, la inflamación de los músculos de la masticación o las perdidas severas de peso pueden llevar a la perdida de grasa y masa muscular alrededor del globo ocular, que puede ser otra causa de entropión.
El diagnóstico de entropión es bastante sencillo a través de la examinación. Las causas subyacentes o irritantes deben ser tratadas antes de realizar una corrección quirúrgica. Los criadores deben prestar mucha atención a los cachorros, especialmente a aquellos que son propensos, y tienen que chequearlos para entropión si sus párpados no se abren a los cuatro o cinco días de edad.
En perros jóvenes los problemas secundarios se tratan primero. Las corneas ulceradas se pueden tratar con antibióticos o ungüentos antibióticos triples. Si la enfermedad es leve y las corneas no están ulceradas, se deben usar lagrimas artificiales para lubricar los ojos; sin embargo, frecuentemente es requerida la cirugía. Esta se realiza temporalmente, girando el parpado hacia adentro o hacia afuera (eversión) a través de suturas. Esta cirugía se realiza en casos moderados. En casos severos, se necesita una reconstrucción facial, pero esto se evita hasta que el perro haya alcanzado una edad adulta.
El entropión requiere un seguimiento de cuidados de rutina, con algún medicamento recetado por su veterinario. Este puede incluir antibióticos para tratar o prevenir infecciones y gotas o ungüentos oculares. En el caso de soluciones temporales no quirúrgicas, puede necesitarse repetir el tratamiento hasta que el problema se haya resuelto o hasta que su perro sea lo suficientemente adulto para una solución permanente. Si su perro está sufriendo, o si hay heridas en el ojo afectado, se puede usar un collar isabelino para prevenir que su perro se rasque el ojo y lo empeore.
Como el entropión es causado comúnmente por una predisposición genética, no puede ser realmente prevenido. Si su perro es de alguna raza propensa a padecer entropión, es recomendable realizar un tratamiento adecuado una vez la enfermedad sea diagnosticada.