El nistagmo es un padecimiento definido por la oscilación involuntaria y rítmica de los globos oculares, es decir, los ojos, que sin intención se mueven o balancean hacia atrás y hacia adelante. El nistagmo puede ocurrir tanto en perros como en gatos, y es un signo característico de un problema en el sistema nervioso del animal.
Hay dos tipos de nistagmo: nistagmo convergente y nistagmo pendular. El nistagmo convergente se caracteriza por movimientos oculares lentos en una dirección con una fase de rápida corrección en la dirección opuesta, mientras que el nistagmo pendular se caracteriza por pequeñas oscilaciones en los ojos. De estos dos tipos, el nistagmo convergente es el más frecuente en perros. Otros síntomas comunes asociados con nistagmo incluyen la inclinación y rotación de la cabeza.
Hay una variedad de causas que pueden llevar al nistagmo, muchas se derivan ya sea de una enfermedad vestibular periférica o central. A veces llamado el "sistema de equilibrio", el sistema vestibular es el sistema sensorial responsable de mantener un equilibrio adecuado de la cabeza y el cuerpo.
Algunas enfermedades vestibulares periféricas puede dar lugar a hipotiroidismo, nistagmo, lesiones traumáticas (lesiones por accidentes), y tumores neoplásicos. Los trastornos vestibulares centrales que causan el nistagmo, son los tumores, la deficiencia de tiamina, las infecciones virales (como el moquillo canino), y las inflamaciones consiguientes, los ataques al corazón, las hemorragias en el corazón, y la exposición a toxinas (como el plomo).
El nistagmo a menudo se diagnostica a través de un análisis del líquido cefalorraquídeo, que también puede revelar inflamación asociada con el trastorno. Las imágenes cerebrales (por ejemplo, una tomografía computarizada) son otros procedimientos de diagnóstico utilizados para identificar anormalidades cerebrales. De lo contrario, su veterinario puede realizar un análisis de la orina, cultivos bacterianos y pruebas serológicas para detectar agentes infecciosos en el cuerpo.
El tratamiento y la atención es variable y depende totalmente de las causas subyacentes de la enfermedad y la severidad de los síntomas. Por lo general, si se diagnostica una enfermedad vestibular central (en lugar de una enfermedad vestibular periférica), se requerirá atención intensiva.
Para los perros que experimentan anorexia y vómitos, una terapia de fluidos (incluida la administración de líquidos por vía intravenosa) puede ser necesaria para prevenir la deshidratación. Su veterinario también puede recetar ciertos tipos de medicamentos en función del diagnóstico.
El cuidado post-tratamiento depende de la causa diagnosticada. Sin embargo, la mayoría de los veterinarios recomiendan un examen neurológico aproximadamente dos semanas después del tratamiento inicial para supervisar la mejora o la progresión de la enfermedad. Los síntomas secundarios, tales como la deshidratación debido a vómitos excesivos, también deberían ser controlados y supervisados.
El pronóstico varía, los perros con una enfermedad vestibular periférica en lugar de una enfermedad central tienden a tener un mejor pronóstico con mayor probabilidad de recuperación.
Debido a que existe una gran variedad de causas que pueden dar lugar a nistagmo, no existe un método distinto de la prevención. Sin embargo, se recomienda mantener a su perro seguro fuera del alcance del plomo y otras sustancias tóxicas.